domingo, 16 de febrero de 2014

DESHAZTE DE LA VACA

Creo que uno de los objetivos que más daño hace a las vidas de las personas es la “seguridad”. Somos capaces de hacer casi cualquier cosa para poder tener seguridad, y no arriesgar nuestro futuro. Hasta condenarnos a un futuro sombrío, pero eso sí incertidumbre.


“Lo que haces fuera del trabajo, determinará qué tan lejos llegarás en el trabajo.”
                                                                                                                                   Zig Ziglar




Esta semana ha llegado a mis manos un minicuento que representa muy gráficamente este pensamiento y que quería compartir con vosotros.

Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera...

Se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó: “En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen para sobrevivir? El señor respondió: “amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo.”

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue. A mitad de camino, se volvió hacia su discípulo y le ordenó: “Busca la vaquita, llévala al precipicio que hay allá enfrente y empújala por el barranco.”

El joven, espantado, miró al maestro y le respondió que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella familia. El maestro permaneció en silencio y el discípulo cabizbajo fue a cumplir la orden.

Empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante muchos años.

Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar. Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos.

Así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, árboles floridos, una bonita casa con un coche en la puerta y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y fue recibido por un hombre muy simpático.

El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años. El señor le respondió que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacia algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): “¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?” El señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que puedes ver ahora.” 


A mi juicio, es un pena encontrar nuestra vaca antes de tiempo, y eso nos impida desarrollar todo nuestro potencial así poder llegar a nuestro limite.

domingo, 9 de febrero de 2014

APRENDE A MENTIRTE

La vida es inherente a la mentira. Da lo mismo de donde procedas, que éticos seas tú y todo aquel que te rodea, tienes que aprender a convivir con ella. Ya que las mentiras van a aparecer.


Ahora bien, creo que la mentira tiene cierto parecido con el colesterol. Si, sé que esto suena un poco extraño. Cualquiera que se haya hecho un análisis, sabe que hay un colesterol bueno y otro malo, y nosotros tenemos que convivir con los dos. Pues bien, a la mentira le pasa exactamente igual, hay mentiras buenas y mentiras malas, y debemos convivir con las dos, pero está en tu mano potenciar las mentiras buenas e intentar radicar las mentiras malas.

“La mentira es un triste sustituto de la verdad, pero es el único que se ha descubierto hasta ahora.”
                                                                                                        Elbert Hubbard


Pero, ¿Qué entendemos por una mentira? Es un embuste o un engaño que no se ajusta a la realidad o a lo que se sabe a ciencia cierta. En fin, con esta definición nos pasamos mintiendo una gran parte del día, pero ahora vayamos al principio.

Desde que nacemos empezamos a mentir. Quien no ha visto a un bebe que “finge” tener tos o llorar para llamar la atención de sus padres. Eso es solo el principio. Porque después la mentira forma parte principal del desarrollo cognitivo del niño en forma de imaginación. Cuando un niño juega se imagina escenarios ficticios, amigos imaginarios, situaciones irreales,… todo aquello que hace que su juego, que es el medio por el que aprenden, sea lo más enriquecedor, estimulante y divertido posible.

Y a partir de aquí, no te engañes (no te mientas) es un no parar, nos mentimos constantemente. Interpretamos nuestra vida sin saber de manera real lo que está sucediendo, y sacamos nuestras propias conjeturas, lo que hace que realicemos una determinada acción o la contraria.  Pero no te asustes, esto es lógico, no lo sabemos todo a ciencia cierta, es imposible, y es aquí donde tenemos interpretar la situación de la mejor manera posible, es decir, nos tenemos que mentir de la mejor manera posible.

Yo lo veo de la siguiente manera. Como ya te comente antes, hay dos tipos de mentiras las buenas y las malas. Y para no utilizar una relación externa, utilicemos las relaciones que tenemos con nosotros mismos (comunicación interna), para poder entenderlas mejor. Por lo cual definiríamos a las mentiras de la siguiente manera:

-          Mentira mala: es aquello que nos decimos, que no tenemos la certeza de que sea cierto, y que nos pone trabas en nuestro desarrollo personal, poniéndonos impedimento en que nuestro nivel de rendimiento y confianza aumente.

-          Mentira buena: es aquello que nos decimos, que no tenemos la certeza de que sea verdad, pero que nos responsabiliza de nuestros actos, y nos coloca en el camino de nuestro desarrollo aumentando así nuestra confianza y el rendimiento.

Después de las definiciones toca mostrar en que formato aparecen en nuestras vidas. La mentira mala viene en forma de excusa, responsabilizando a nuestro entorno y a la suerte de todo aquello que nos pasa. Mientras que la mentira buena, viene en forma de imaginación de situaciones futuras, va acompañada de ilusión y proactividad, es capaz de colocarte en escenarios futuros, y de impulsarte a trazar planes donde aumentaras tu rendimiento para llegar a ellos. Es el mejor combustible para tu motor.

Además, las mentiras tienen una cualidad asombrosa. Si una mentira se repite mucho, se acaba convirtiendo en verdad, así que hay que tener mucha cautela.


Como dice el Doctor House, “todo el mundo miente”.  Hazte un favor, intenta que tu vida se llene de mentiras buenas y lucha por radicar las excusas.